Sendero Risco Levante

Inicio: Santa Ana la Real

Fin: Santa Ana la Real

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totalmente gratis.

Características:

Distancia aprox: 7300m

Tiempo aprox: 180mim

Recorrido tipo: Circular

Señalizado: SI / F.A.M.

Descargar ficha de Sendero: Descargar pdf.
Ruta promocionada: NO

 

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Descripción:

Este sendero está señalizado y ofertado por la Junta de Andalucía desde su web “La ventana del Visitante”, donde puedes encontrar información más ampliada si lo deseas.

La señal de inicio se encuentra en la inmediaciones de la Fuente de los Tres Caños [1], una bella estructura hexagonal revestida de azulejos y cerámica azul con tres chorros, cuyas aguas vierten en un pilar circular que desemboca en el lavadero anexo. El conjunto data de principios del siglo XX. Cuántas refl exiones, esperanzas, economías; cuántos amoríos y recetas de cocina se compartirían a golpe de restregón de ropa en sus catorce pilas.
Tomamos la calle empedrada que sale del pueblo entre muros de piedra, en dirección a la aldea La Presa. A ras de suelo, nos acompaña una acequia o lieva, que llena de agua de riego las albercas de las huertas por las que vamos a pasar. En unos 300 metros, justo donde el sendero se bifurca, encontramos el horno de cal de Cosme [2]. Estos hornos tradicionales generaban óxido de calcio (la
cal común), calcinando a más de 900 grados la piedra caliza de las inmediaciones. Hasta los años 60, llegaron a funcionar en Santa Ana la Real 15 hornos de este tipo; un importante aprovechamiento que delata la abundancia de roca caliza en la localidad. Seguimos por el camino de la izquierda, que el de la derecha lo traeremos a la vuelta. En 140 metros llegamos a La Presa [3], cuyas huertas sustentaron a una veintena de familias. Aún es posible contemplar cerezos, nogales, ciruelos, granados, higueras y hortalizas en los huertos del entorno.
De la zona de huertos pasamos a un alcornocal adehesado [4]. Poderosos y esbeltos alcornoques, entreverados con algún pino, nos acompañan hasta el bosque en galería del Barranco de los Casares [5]. Sauces, fresnos y olmos, pero sobre todo, alisos flanquean ahora el sendero, que se vuelve más fresco y cantarín.
Los olores del bosque y las melodías del petirrojo, del carbonero o el herrerillo impregnan con su música y fragancias este tramo por las riberas del Barranco de los Casares y de Santa Ana, salpicado de puentes y pasarelas. Llegamos a la finca El Molino [6], donde aún se puede ver el cubo y la acequia del antiguo molino harinero; otra estructura ligada al agua que daba sustento a los antiguos pobladores.
El sendero continúa por el margen derecho del río, dejando de lado los primeros puentes sobre el cauce. La ribera de Santa Ana se encajona progresivamente en un valle en “V”; pinos, madroños y helechos se acomodan en la angostura de las empinadas laderas labradas en los esquistos. Al salir del pinar, nos rodean de repente los riscos: gigantes de roca a los que el agua, más dura la cuarcita que el esquisto, no pudo doblegar. Entre ellos se encuentra El Risco de Levante [7], cuyas indómitas paredes avivan la atención, el corazón y la sangre a los amantes de la escalada que las frecuentan.
Avanzamos por la ladera, atravesando una zona de monte mediterráneo: encinas, madroños, durillos y brezos acompañados por olivillas,
aulagas, lavandas y jaras; un paisaje sobrecogedor, a bastante altura sobre la ribera, con el que llegamos a los últimos riscos, en el extremo oriental del sendero. Desde aquí y hacia el suroeste, se extiende una magnífi ca panorámica [8] sobre las dehesas de las estribaciones del parque natural y, más allá, sobre la comarca minera de Huelva, el Andévalo.
Tome aliento y el tiempo que necesite antes de iniciar el regreso. Volvemos sobre nuestros pasos hasta la fi nca El Molino. En el cruce, tomamos a la izquierda, que nos lleva al pueblo por otro camino. Esta variante arroja interesantes vistas sobre la ladera norte de la
Sierra de las Cumbres, cubierta de castaños que en ocasiones descienden hasta el sendero.
Pasaremos junto a otro de los característicos hornos de cal de la sierra, el Horno de Puerto Molino [9], y un poco más adelante, junto a la Finca Cañada [10], magnífi camente custodiada por un alcornoque y una encina. A partir de aquí, encontraremos quejigos, durillos, alcornoques, fresnos, saúcos y, de nuevo, llegando ya a Santa Ana la Real, las huertas, las lievas, las fuentes y los muros de piedra de las traseras de las viviendas.

*Descripciones, Textos y Fotografía: Junta de Andalucía.

Municipios: Santa Ana la Real